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Lic. en Psicología. Gestión SocioCultural y Desarrollo de Recursos para OSC.
"La falta de madurez es el mal de nuestra época y la incapacidad de madurar la enfermedad de nuestro tiempo."

viernes, 6 de febrero de 2009

la capacidad de asombro nos hará reaccionar?

En estos días apareció en las noticias una historia más de las que todos los días nos rodean en torno a la violencia, pero esta creo que pone de manifiesto rasgos que están muy lejos de poder atribuírselos a los humanos, o quizás sería mejor decir, que sí son humanos, porque no existe un ser en la naturaleza que sea capaz de hacerle a otro lo que las personas les hacen a sus semejantes.
Un hombre es atropellado en la calle frente a la estación Liniers (Cuzco y Av. Rivadavia), mientras está herido, tirado en la calle, esperando que venga una ambulancia, 3 delincuentes le roban la mochila, con su billetera y demás pertenencias a la vista de todo el mundo sin que nadie se inmute.
Esta intersección no se caracteriza precisamente porque hay 5 personas para cruzar, sino que es un mundo de gente y se supone que también hay varios policías, tanto en los andenes como en la calle, ya que es una zona muy álgida en cuestión de delincuencia de todo tipo.
Es que ya la gente está anestesiada en su capacidad de asombro? Ya nos acostumbramos tanto a que nuestros derechos y libertades se violen permanentemente que “pasamos por arriba” estas situaciones?
En lo personal hace unos meses sufrí un accidente en la peatonal Lavalle y automáticamente tenía 30 personas a mi alrededor, dos policías, un patrullero, el SAME pero sobretodo, esas personas que me rodearon y me ayudaron “estaban ahí” y “no me pasaron por encima”, es más, hasta una de ellas le dijo a quien me acompañaba y también a mí, “cuiden la cartera, no sea cosa que además del accidente le roben”.
En la paleta de colores de la diversidad humana, seguramente frente a estos hechos, habrá gente que no hace nada porque se paraliza, otra que dirá “mejor yo no vi nada y no me meto”, otra que buscará asistencia, otra que dirá “mientras no me pase a mi” y otras que tendrán otras reacciones por diferentes motivaciones.
Que siempre hubo chorros, ya lo sabemos, que siempre hubo accidentes, ya lo sabemos, pero qué pasa por la mente y la sangre de una persona que al ver a otra tirada en una calle, lastimada, va y le roba, cuál es la “bronca” que le tiene a ese desconocido?, porque no es que se justifique la acción porque exista una rivalidad o “bronca”, en lo absoluto, pero hay cosas que ya escapan la capacidad de asombro.
Claro, existe esa otra gente, como la que me rodeó a mí, que está en la vereda opuesta, que todavía le sigue corriendo sangre por las venas, que cuida su cualidad humana más allá de las circunstancias que le toquen vivir y que respeta sus derechos y los de sus semejantes y que no se queda solamente opinando o criticando en la mesa o el escritorio “la violencia que vivimos”, sino que en su vida cotidiana responde naturalmente a sus valores.
Lo que también me preocupa es que las personas estemos en “veredas” diferentes, como si nuestros derechos y obligaciones, tuviesen veredas diferentes, quizás hay dos veredas de seres humanos....?
Quizás nos enseñaron que para ser diferentes, para tener opiniones distintas, para que exista un buen partido, para que cada uno haga su camino etc. teníamos que enfrentarnos y aplastar al “oponente”, pero tal vez, quizás, quien sabe… no nos enseñaron (quizás, tal vez, a lo mejor, nosotros tampoco lo queremos aprender) lo que es verdaderamente el respeto por lo diferente, como una manera de poder coexistir y enriquecernos civilizadamente.
No solo es preocupante el aumento cuantitativo de la violencia, sino también la variación cualitativa que manifiesta, y que está presente sin distinción en las diferentes poblaciones.

Cuando hablamos de inclusión social, integración social, que en tantos discursos se escucha… sabemos todos que significa cada una de ellas y que debe hacerse para lograrlo? Estamos todos dispuestos a llevarlo a cabo? Desde cada uno de nosotros, en nuestro diario vivir, hacemos algo por ello?
Seguramente muchos sí lo saben y sí lo hacen, pero hay otros tantos que parecen estar cada vez más lejos de una acción concreta al respecto y estar cada vez más cerca de una retórica discursiva que ya aturde y aburre, porque la realidad supera el marketing que quieren vender.
Por suerte para no preocuparnos tanto por esto y no estresarnos, ahora tenemos la posibilidad de pensar en qué lavarropas, heladera, cocina o termotanque o automóvil podemos comprar para acceder a las nuevas tecnologías de punta que nos harán ahorrar electricidad y combustible. Qué nos está pasando vecino?


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